Distrito-X ¿Deja vu?
Lo primero que me vino a la cabeza al leer los catorce primeros números de la serie Distrito X fue el Gotham Central de DC y luego el Top Ten de Alan Moore. Lo cierto es que este distrito X es, intencionadamente o no, una mezcla de ambas series.
El guionista David Hine se inspira en las típicas series de policías aparecidas a raíz de la legendaria “Canción Triste de Hill Street” Con sus mosaicos urbanos llenos de grises, con sus clubes nocturnos, sus policías honrados y corruptos, su alcohol, sus tribulaciones matrimoniales etc. Para utilizar una estrella conocida en el universo Marvel introducimos a Bishop, el misterioso mutante del futuro que apareció durante los turbulentos años noventa, en las páginas de Los Nuevos Mutantes, cuando los héroes tenían que ser más malos que los villanos. El desubicado personaje se ha convertido en un Agente gubernamental de una agencia para la “relación con los mutantes” Lo colocan con un poli callejero a patrullar el “Barrio Mutante” y a partir de ahí comienzan unas historias típicas de serie policíaca, incluyendo problemas raciales (sustituyendo a negros por mutantes) Problemas familiares y asesinatos sin resolver.
La serie se deja leer, aunque no ofrece demasiadas cosas novedosas. Los personajes, aunque nuevos, son perfectamente reconocibles de mil series y películas. Lo único diferencial son los superpoderes y en eso si que encontramos algún recurso interesante pero nada deslumbrante. Los Dibujos son aparentes y adecuados, pero al igual que el resto de la serie no deslumbra.
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